lunes, 11 de febrero de 2013

RECENSION DE LA OBRA: “VENEZUELA EN 3 SIGLOS”

RECENSION DE LA OBRA: “VENEZUELA EN 3 SIGLOS”

DEL ESCRITOR DOMINGO ALBERT O RANGEL

Datos Biográficos del Autor

Domingo Alberto Rangel (1923-2012), nació en la ciudad de Merida de Venezuela, el 17 de Mayo de 1923, doctor de ciencias políticas de la Universidad Central de Venezuela, profesión que nunca ejerció. Fue economista de aquilatados méritos. Profesor en diversas materias en el campo humanístico, y fundamentalmente en el área de las políticas, económicas e históricas, colaborador como aticulista de opinión de los más importantes diarios de la prensa regional y nacional de Venezuela y asimismo colaborador de periódicos y revistas. Tales como capital y desarrollo, Venezuela Agraria, el rey del petróleo y otras.

Fue una de las figuras más combatidas de la izquierda venezolana, exdiputado al congreso de la república. Reconocido como excelente orador y profesor universitario, se destacó como fundador y dirigente de Acción Democrática, partido que abandonaría en los años sesenta, para crear el Movimiento de Izquierda Revolucionaria y mantenerse luego en una postura de cuestionamiento permanente de la política venezolana, tanto de las cuarta como de la quinta república.

Rangel jugó un papel importante dentro de la política venezolana desde la fundación de AD. "Fue un excelente parlamentario, orador y escritor". Redactó temas políticos, sociales y económicos. Estuvo preso por varios años, hasta que salió desterrado a Bolivia, donde figuró como asesor de la Revolución encabezada por Paz Estensoro. Pasó a Colombia para intentar el ingreso clandestino a Venezuela, pero cae preso, permanece otros años en la cárcel y es desterrado a Costa Rica, donde estaba Rómulo Betancourt protegido por su compadre, José Figueres, presidente de la República. Esa cercanía con Betancourt, durante los años del exilio, le permite a Domingo Alberto conocer de sus verdaderas intenciones en el caso de regresar al gobierno y que conducirían a la traición del programa antiimperialista de Acción Democrática y al desbordado anticomunismo de Betancourt, acordado en el pacto de Washington y reafirmado en el “Pacto de Punto Fijo”. La traición de Betancourt, conduce a la primera división de Acción Democrática (1960) y el surgimiento del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) junto a Simón Saes Mérida. Formó, junto a Luis Miquilena y Ramos Giménez, el Partido Revolucionario Nacionalista (PRN), organización que tuvo una vida efímera. En los últimos años de su vida mantuvo una postura política crítica hacia los partidos y su responsabilidad social, mostrada a través de sus artículos de prensa y otros escritos, muere de un infarto con 83 años.


¿Rentistas o Productores?

La acumulación primitiva del capital apareció en Venezuela en el siglo XX, cuando los españoles encontraron en sus primeras excursiones unas minas vírgenes de oro y la plata. Siendo estos metales el primer requisito para que se pudiera dar el fenómeno de extraer esas riquezas y sumar abundancia en mano de obra que pueda esclavizarse o someterse a servidumbre y así explotar estas minas con un costo bajo y el provecho más alto. El petróleo acarrea para Venezuela un fenómeno de acumulación primitiva que remedia a los que registraron virreinatos clásicos de México y el Perú al iniciarse la colonización española. El petróleo permite como el oro y la plata la acumulación sin esfuerzo o con esfuerzo insignificante, allí la clave del parentesco del caso venezolano con México y Perú. La historia venezolana en el Siglo XX puede dividirse en dos periodos, antes y después del petróleo, dilatado uno y breve el otro, modesto el primero y frenético el segundo. Desde la llegada de los “gangsters” de Castilla en el Siglo XX hasta el reventón del Barroso No. 2 marcharía el primer periodo y desde aquel estallido y desde aquel estallido cercano a Cabimas hasta hoy el segundo. Tenemos ahora si configurado el caso de un país que viene a sentí o registrar la acumulación primitiva en el Siglo XX.

Venezuela se ha convertido en un país rentista. Todos o casi todos viven de la renta que deriva el petróleo. Desde el magnate financiero por una entidad oficial hasta el marginal que alivia algún problema acudiendo los subsidios, casi toda la población tiene calidad de rentista. Todo gira en torno al petróleo sin alternativa ni equivoco creándose algo más grave como lo es la burguesía parasitaria, se ha creado un país burocrático que vive al ritmo del presupuesto. Las universidades, los Estados de la Unión, muchas empresas e instituciones privadas funcionan porque el presupuesto les allega todos sus recursos. La mentalidad de la burocracia se parece a los gases que tienden siempre a expandirse, sin darse cuenta todos casi todos actúan como factores de chantaje. Es interesante explicar los mecanismos que llevan a este proceso, la única respuesta a tales acosos radica en el incremento del presupuesto. Es, lo que vienen sucediendo. Como no hay otra fuente rápida y generosa, se acude al petróleo cada vez que un cuello de botella amenaza defraudar las ilusiones que la casi totalidad de los sectores sociales cifran en el presupuesto. El modelo rentista obligara a producir más de seis millones de barriles de petróleo. Estamos frente a un aparato que exprime las reservas de hidrocarburos sin dejar márgenes de prudencia. Sin embargo no creo que esta obsesiva dependencia agote las reservas probadas de petróleo.

Pero no es ese el problema. Se entroniza la situación histórica de México y del Perú, el perfil rentístico propago el parasitismo en la sociedad en los dos países, una población ociosa u holgazana que podía sostenerse porque el oro y la plata permitían todas las licencias. Cuando se agotaron los dos metales preciosos, el parasitismo se convirtió en condena histórica pues no había ya recursos para sostener a los holgazanes. A Venezuela no se le acabara el petróleo, pero el siglo XXI vera acrecentada una tendencia que es ya característica del capitalismo, el genio inventivo aplicado a la producción. Si al rey carbón lo destronó el rey petróleo, este último no tendría por qué sentir asegurado su cetro. El mundo desarrollado radica en su vulnerabilidad tecnológica que hace expugnables los modelos económicos. El subdesarrollo sigue siendo sinónimo de monoproducción y en un mundo tan fértil para la ciencia, la sustitución de productos naturales por otros artificiales es ya el evangelio de cada día. Los repelidos, los frustrados, los arrojados del paraíso petrolero, han respondido ya varias veces tratando de desarrollar alternativas energéticas que suplantaran al producto nacional.

El siglo XXI plantea un para nosotros que no podríamos evadir ni podríamos aplazar. ¿Seguimos siendo un país rentista con toda la mentalidad que ello crea o decidimos ser un país productor? Venezuela necesitara tener mayor influencia en el negocio mundial petrolero o disponer de suficiente poder internacional como para establecer, la cantidad de crudos y derivados que extraerá en un periodo dado. La monoproducción es fuente de flaqueza innata. No hay país más vulnerable que el nuestro porque su modelo rentista se ha expandido, esta situación nos obligaría a adoptar un resguardo de nuestra seguridad futura. La política que haga de Venezuela desde ahora mismo una sociedad de productores.

Si el sistema cambia, Venezuela podría transformarse por obra de influencias internacionales en una nación de productores. Porque entonces sería posible programar con los grandes países compradores el volumen del crudo que sería prudente enviarle para que la economía petrolera rime en el país con las otras que constituyan nuestro complejo. Si estas hipótesis cuajaran en el Siglo XX, nos resultaría hacedero lograr, sin mucho esfuerzo un transformación interna hacia un sistema donde lo rentístico empiece a ceder antes lo productivo. El dilema entre rentistas y productores como unos de los nudos de la vida nacional se resolvería en paz si la sociedad internacional sufre una mutación sustanciosa o se resolvería al borde de la guerra o cayendo en ella de no mediar cambios internacionales y Venezuela, forzada por tal panorama, se arroga esa tarea con pocos aliados. Un modelo productivo no se adopta nacionalizando el petróleo, se adopta el día en que no dependamos de las sociedades de occidente.



¿Cabimas o Matanzas?

La Venezuela del siglo XX se caracteriza por el petróleo. En diciembre de 1992 fue para la prensa mundial el mes en que un remoto país de la América de Sur asombró a todos los entendidos en ese “reventón” de petróleo cuya magnitud nadie hubiera previsto. El Barroso N° 2 se hizo símbolo de Venezuela dejando de ser el país de generales que juegan a la guerra para convertirse en el país de los magnates. En 1922 Venezuela con la irrupción de Barroso, no solo se hace conocida y llega a interesar como asunto cotidiano a círculos de la jerarquía mundial sino también a los países del Tercer Mundo. Venezuela es desde aquel momento ficha estratégica nunca una sustancia copo tanto nuestro destino. Las perlas del Caribe, el oro de las minas de Buria, el cobre de Aroa, los ganados del llano, ni el café ni el cacao, instituyeron un imperio perdurable. Podemos reñir por la propiedad o el control de los yacimientos pero todos rindes su tributo al rey petróleo. El Barroso N° 2 es sin duda la concreción, el símbolo de toda una etapa nacional

Éramos una federación de tribus desconocida, cada región tenia tales características y vivían en estado de aislamiento. El mutismo de la separación, las distancias espirituales o culturales, confiere status de tribu a una colectividad. De ese parcelamiento comenzó a sacarnos el petróleo. El milagro de ver a un andino con un oriental, imposible en las postrimerías del siglo XIX. Sin embargo, Venezuela vive como habitantes de las ciudades pero piensa como si continuara en el campo todos los quehaceres de la vida moderna son realizados por extranjeros en Venezuela. Se dice que Venezuela está perdiendo su identidad y corriendo el riesgo de disgregarse o desorientarse por el grueso número de extranjeros ubicados en su territorio. No se ha registrado un solo incidente grave entre venezolanos y extranjeros, el petróleo la cultura nuestra tradiciones de pueblo todo ha contribuido a mantener esta sociedad abierta la más Cosmopolitan de la América Latina.

Cabimas y su Barroso N° 2, han creado un país distinto al que tuvimos hasta el siglo pasado. Tenemos una clase obrera culta y calificada, una clase media embutida en los pliegues de las profesiones liberales y unos campesinos para los cuales el tractor no es un aparato inconcebible.

Venezuela es ya un exportador importante de productos no petroleros y su economía agrícola e industrial sobresale entre las de aquellos países latinoamericanos de su misma magnitud. Se ha dicho que el Seniat se instituyo porque la voracidad fiscal se tragó la renta petrolera. Matanzas que el prólogo de un proceso que puso o puede ser decisivo, es la construcción de un orden económico que no derive o dependa del petróleo. Nada más deplorable la llamada siembra del petróleo. Una semilla proveniente del árbol petrolero trasladad a otros terrenos para verla florecer allí. Es la debilidad de la política de sustitución de importaciones para Venezuela. Cabimas o Matanzas constituyen los únicos polos para la aventura económica en nuestras tierras. Agotada Cabimas o amenazada por la creciente pérdida de vigor, el tránsito hacia matanza como lábaro de la industria se hace perentorio. La larga crisis que ha vivido Venezuela evidencias la debilidad del petróleo como factor dinámico en nuestro horizonte.

Los síntomas que viene registrándose en la dinámica petrolera inducen ya a emplazar otra economía que, sin estorbar o comprimir la del petróleo ponga un polo distinto y capaz de alcanzar un conjunto equilibrado. Matanza como símbolo ha de emprenderse con Cabimas para una economía que sea como el ciempiés. Barroso N° 2 y Matanzas son las dos industrias, que derivan del hierro y otra del petróleo que siguen teniendo una desenfadada vanguardia en el mundo. Una siderúrgica y otra petroquímica serían los objetivos donde condensaría lo que llamamos Matanza, para la producción de máquinas, motores y herramientas sería ideal. Allí Venezuela puede fabricar todo lo que sale de tal industria hasta lo que corresponda a la rama más alejada de las plantas básicas si tuviéramos voluntad a la mitad del Siglo XXI podríamos tener industrias de construcción de máquinas y motores. Dos problemas frenarían esta tentativa, el mercado es uno de ellos las exportaciones son el coto de caza de las transnacionales, por la cual encontraríamos dificultades para competir en el exterior, pero afiliarnos al Mercosur despejarían nuestras ventajas y despejaría para nosotros los caminos. Con el Mercosur y el Pacto Andino aparece para Venezuela el mercado donde podría desenvolverse esas industrias que se colocarían bajo el signo de Matanzas. Una economía industrial moderna, basada en las industrias mas estilizadas y potentes es nuestro plan estratégico. Colocar cuanto a Cabimas que ya empieza a agotarse, un polo fuerte y profundo que no puede ser otro que el de Matanzas.

El dilema de todo el Siglo XXI es bien sencillo, o consolidamos la independencia transformándola más que en un pozo petrolero o caemos en una subordinación que a la larga afectara nuestra independencia. . O Cabimas o Matanzas encierran opciones cruciales para el destino mismo de la nación.


Análisis de las ideas principales de la obra “Venezuela en 3 Siglo

Para el siglo XX Venezuela ha venido dependiendo del petróleo, como única actividad productora de fuentes económicas para abastecer al país, para lo cual la explotación e importación del mismo ha sido eminente. Anteriormente el país solo se sostenía con la extracción de minas, la agricultura del cacao y café, de la ganadería, la pesca entre otros, luego se descubre un brote petrolero que cambiaría el modelo de la nación en su totalidad, es así como Venezuela pasa a ser un país rentista dependiendo solamente del petróleo, cayendo por lo mismo en chantajes del gobierno, cada vez que estalla un problema social ofrecen u otorgan bonos a los empleados para así calmar las confrontaciones. El rey del petróleo como lo llama el autor, dio pie a la corrupción en los gobiernos, a los años de dictadura, los gobernantes enfermaban de poder y de avaricia dando como resultados algunas veces que el pueblo fuera más miserable y con ello otros problemas económicos, sociales y culturales. Venezuela necesita valerse de otras estrategias para evitar el despilfarro de nuestro recurso tan valioso, hacia otras naciones y buscar estrategias para vender el crudo necesario sin ocasionar pérdidas económicas.

Es importante resaltar que el nacimiento de este recurso en el siglo XX fue en Estado Zulia (Cabimas) que dejó en manifiesto la dirección del país a nivel mundial, es allí donde los extranjeros llegan a nuestro país, causando su intervención en el territorio para convertirse de tal manera en actores directos que controlarían esta gran masa, beneficiándose de ella sin ninguna contemplación y es así como toma posesión de las miradas de todo el mundo el famoso barroso nº 2 ya que, para ellos el levantamiento de un pequeño país de América del sur era casi imposible.



Por estos motivos, la sociedad venezolana comienza a adoptar la creencia de que el petróleo les abastecerá a todos dejando de lado las demás actividades, pero el agotamientos del recurso no se hace esperar a causa de las inmensas explotaciones realizadas, puesto a que la fiebre de poder se tornaba cada vez y el país se fue rigiendo de esta manera hasta finales del siglo cuando el dictador Marcos Pérez Giménez crea una novedosa manera de depender de otro sistema que no fuese petrolero lo cual hacía mucha falta ya que este recurso se veía agotado, este pensar creaba una connotación de Venezuela como país industrial que se dedicase a la producción de metales a fin de complementar a la petroquímica para no caer en crisis.

Pero en el siglo XXI, los recursos petroleros no cubren con las expectativas deseadas, sin embargo sigue siendo este el principal emergente de recursos económicos que sustenta al país día tras día, el colapso tal vez no se ha hecho tan evidente en los años en cursos porque los han sabido manipular para que el pueblo no denote tan deplorable situación, pero los indicios de que dentro de pocos años los ciudadanos residentes de este país se continúen beneficiando del petróleo se hacen cada vez más lejanos ya que, el estado sigue creciendo en población y decreciendo en actividades que ayuden al desenvolvimiento económico nacional.

Matanzas podría ser una buena alternativa para construir una alternativa económica que no derive del petróleo, una herramienta moderna que nos lleve a la producción en nuestro de país de maquinarias, y motores y por ende la oportunidad de proveernos económicamente, y de igual forma generaría más empleo y más oportunidades de trabajos a las diferentes carreras universitarias que aún no han encontrado campo de trabajo en nuestro país. El gobierno en curso por ser el principal gestor del bienestar de la sociedad debe adquirir un modelo de industrialización creando nuevas alternativas al país, dando apoyo suficiente a las ya existentes para que de tal forma los recursos sean alternos y se pueda habitar en un territorio donde la principal preocupación no sea el desgaste de un recurso que no es renovable, en general el estado debe adoptar la forma de matanzas porque ya de Cabimas han sido innumerables los gastos sustentados desde el siglo XX y sigue latente hasta la actualidad.



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